Esta historia no comienza con “Había una vez…” porque en ella no había, hay una plaza, una calesita, un calesitero, muchos niños y gente dispuesta a compartir sus ilusiones, sentimientos y alegrías. Si algún día pasás por Castelar, vení a la Plaza Cumelen, o “la del vagón” como le dicen. Nuestro “lugar de paz y de encuentro” como su nombre en lengua mapuche lo indica. Tal vez podés ser también uno de los pasajeros de nuestra calesita.