Mi profesión me permitió escuchar a cientos de personas que han sufrido distintos tipos de pérdidas; todas implican la elaboración de un duelo. Luego llega un momento en que no hay traición en dejar de sufrir. Lo necesario es que ese sufrimiento abandone el pasado, se trasmute en recuerdo amoroso de los que quisimos y aceptemos vivir sin sus presencias para reconstruir nuestras vidas plenamente.